Lo primero que tenemos que hacer es explicar y definir qué es una burbuja inmobiliaria.
Las burbujas inmobiliarias surgen cuando los precios de los bienes raíces suben de forma anormal y prolongada, llegando al extremo de provocar en las personas incapacidad de pago o la ausencia del deseo de querer adquirir un bien inmueble. En resumen, o no se quiere comprar, o no se puede pagar.
Existe un antecedente reciente y cercano que nos va a servir como ejemplo: En el 2008 Estados Unidos vivió este fenómeno cuando los precios de las propiedades subieron de forma desmesurada. Las hipotecas se fueron a costos y plazos inesperados, y la gente se comenzó a declarar en quiebra viéndose incapacitados de pagar por sus casas y, además, dejando a los bancos e instituciones financieras una serie de deudas gigantescas.
Un desastre. Un desastre económico. Un desastre social.
En México, es un hecho que aún no debemos preocuparnos por éste fenómeno, dado que existe un sector inmobiliario sano gracias a los siguientes indicadores:
1.- La oferta y la demanda están en balance.
2.- La situación financiera de las familias y el entorno económico sigue siendo estable.
3.- El mercado inmobiliario sigue creciendo.
Ahora bien, estar en una burbuja inmobiliaria no es necesariamente mortal, es más, es una situación sostenible siempre y cuando haya personas dispuestas a pagar por los inmuebles. Lo verdaderamente peligroso llega cuando ya no hay compradores y los precios se empiezan a derrumbar.
Victor Lachica, presidente y CEO de Cushman y Wakefield lo explica de esta manera: “El indicador más claro y el mayor peligro en las burbujas inmobiliarias es que primero, hay un exceso de demanda en la inversión y luego, hay un exceso de vendedores que se pronuncian por vender de una manera simultánea. Esta intención de querer vender todos al mismo tiempo o, a la inversa, de querer comprar todos también a la par, produce una segura e irremediable caída en los precios.
Por lo tanto, la razón por la que cada día vemos más y más desarrollos inmobiliarios y no estamos en una burbuja inmobiliaria, es que se tiene una demanda controlada en la que la gente se siente más segura teniendo su dinero en un inmueble que en un banco, y una economía familiar estable que permite créditos hipotecarios sostenibles.
Por esta razón en México existe, no una burbuja, sino un boom inmobiliario.
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