Desde siempre han existido mecanismos que han potencializado las inversiones en la industria de los bienes raíces. A nadie le conviene tener una sociedad estática y mucho menos una industria paralizada por incapacidad en el consumo.
Los mecanismos que facilitan la inversión sirven como vehículo para el financiamiento de actividades y proyectos con rendimientos a largo plazo, como generalmente son las oportunidades que ofrece el mercado inmobiliario.
Ahora, dos de éstos instrumentos se han revelado como de gran eficacia y probado rendimiento. Son los Fideicomisos de Inversión en Bienes Inmuebles, mejor conocidos como FIBRAS y los Certificados de Capital de Desarrollo (CKD’s).
Los FIBRAS
El objetivo de los FIBRAS es fomentar y estimular el desarrollo del mercado inmobiliario en México ofreciendo diversificar las inversiones mostrando, como en un abanico , una cartera de inmuebles que, además de minimizar los riesgos, integra a pequeños, medianos y grandes inversionistas extranjeros y nacionales, particulares e institucionales, en inversiones y proyectos de gran escala.
Los CDK’s
Los CKD’s por su parte, son instrumentos financieros mexicanos colocados por la Bolsa Mexicana de Valores que pertenecen al Mercado de Capital de Desarrollo y sirven también como vehículo para el financiamiento de actividades y proyectos con rendimiento a largo plazo.
Así pues, las FIBRAS y los CKD’s se unen a la baraja de alternativas para enriquecer el portafolio de los inversionistas mexicanos.
Y así fue, como desde el 30 de septiembre de 2013, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) lleva el índice FIBRAS que comprende diez valores:
- Fibra Uno (FUNO)
- Fibra Danhos (DANHOS)
- Fibra Prologis (FIBRAPL)
- Fibra MacQuarie (FIBRAMQ)
- Fibra Hotel (FIHO)
- Fibra Inn (FINN)
- Fibra Shop (FSHOP)
- Fibra Monterrey (FMTY)
- Fibra Terrafina (TERRA)
- Fibra HD (FIBRAHD)
A pesar de que en México este instrumento (la FIBRA) es una copia del muy exitoso fideicomiso estadounidense, éstos terminan por ser diferentes dadas las características de los dos países y las diferentes particularidades de las economías a las que están ligados y en las que tienen incidencia cada uno de ambos instrumentos.
Para rematar cabe apuntar que, aunque el mercado en México es aún muy pequeño para un inversionista internacional que busca buenos dividendos, el mercado mexicano puede ser sumamente atractivo.
Se tiene proyectado que para el año de 2030 el tamaño del mercado mexicano de bienes raíces pudiera duplicarse, por lo que se tiene la certeza de que existe un vasto universo de posibilidades aún por explorar en este sector.
Nuevamente invitamos a nuestros amables lectores a que se acerquen a los profesionales inmobiliarios de su preferencia para que se informen correctamente del cúmulo de oportunidades que existen para realizar una inversión exitosa.
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